No es un error de escritura, sino que hay que frotarse los ojos y releer lo escrito para darse cuenta de la magnitud de la hazaña. España se impuso a Suecia (2-1) en la primera semifinal y se clasificó para una final donde espera a Australia o Inglaterra.
España llega a la final del Mundial Femenil de fútbol
Vilda optó de inicio por la vieja guardia-véase Irene, Jenni y Alexia-, dando entrada a la Reina después de dos partidos esperando turno desde el banquillo y relegando a la madrileña a la posición de falso 9, donde tanto le gusta al técnico pero que reduce las prestaciones de la bailarina que creció en los parques de Carabanchel.
La idea, sin lugar a duda, era buscar el mimo al balón, la posesión, el desesperar al rival quitándole el esférico… aún renunciando a cierta verticalidad y una referencia en punta que fijase a las poderosas centrales nórdicas.
Juego cerrado
Como era de prever, el juego se comprimió durante la mayor parte del tiempo alrededor del círculo central, donde el overbooking de jugadoras impedían cualquier ataque fluido.
España tenía el balón, pero Suecia esperaba con dos líneas de cuatro muy juntas que impedían cualquier transición. Olga fue protagonista en las primeras acciones de peligro.
Primero con un centro que Alba prolongó en el segundo palo sin encontrar compañera que rematase y después con un disparo desde la frontal que se fue rozando el palo. Las nórdicas se limitaron a buscar contras tras presión o pérdida y, más allá de algún balón en largo, no inquietaron a una Cata que volvió a dar muestra de su sangre fría y seguridad con los pies.
España se mostró un equipo maduro sobre el verde, sabiendo leer el partido y lidiar con la permisividad de la árbitra, muchas veces excesiva. Las laterales cumplieron con creces tanto en faceta defensiva como ofensiva, pero las extremos estaban demasiado desconectadas de las interiores lo que limitó las llegadas de España a tímidos disparos desde fuera del área.
La primera parte se consumió con un solo tiro a puerta, una volea de Rolfö a centro de Björn que Cata paró bien por abajo.
Suecas al ataque
La presión alta de las suecas en el arranque del segundo acto hizo mucho daño a una España que se vio sin balón y sin ideas. Vilda reaccionó moviendo la pizarra, quitando a Alexia y metiendo a Salma como referencia en punta.
Músculo y velocidad para encarar a la envergadura y solidez de la zaga nórdica. La extremo tuvo una nada más salir y cumplió con su cometido de abrir el campo y ganar metros.
Mariona lo intentó a balón parado con una falta desde la frontal, pero ni siquiera de esta forma se pudo probar a Musovic por el buen hacer de la zaga.
A falta de 20 minutos para el final, Alba levantó al público de sus asientos al rematar un centro de Salma al lateral de la red. ¡Medio estadio lo vio dentro! El balón llegaba a ambas áreas, una vez que el cansancio abrió el partido, pero se paseaba de un lado a otro son encontrar rematadora.
Mariona, Alba, Blackstenius y Rolfö estuvieron cerca de encontrar uno de esos caramelitos. Y en la enésima fue la vencida. Fue Jenni quien la puso y Salma, aprovechando que el balón se quedaba muerto dentro del área, quien mandó el balón a la jaula.
El VAR revisó el gol, pero no pudo más que ratificar que el sueño estaba a diez minutos de hacerse realidad.
La historia parecía repetirse con el gol Blomqvist a falta de tres minutos para el final al aprovechar una asistencia de Hurtig, pero cuando un equipo cree, y esta España ya se ha convencido de poder con todo, cualquier cosa es posible. Hasta marcar otro gol sobre la bocina. Esta vez fue Olga con un disparo desde la frontal quien hizo que el balón besara las mallas y nuestro corazón explotara de emoción.
Los siete minutos de añadido fue un nuevo ejercicio de paciencia, nervios y éxtasis cuando la árbitro pitó el finalseñalando que España está en la final del Mundial.